jueves

Conejito bebé tropezando al caminar

Estos días son los días diferentes. Escucho mis repentinos sollozos como un conejito ahogado; sollozos que salen mientras hago cualquier cosa. Es ridículo, pero comprensible. Actué controlada por el miedo. No voy a exponer el caso porque no tiene sentido, pero sí; veo por el retrovisor a la Araceli que desesperó, tomó las riendas (que parecían sierpes con espinas) y actuó con fortaleza, pero con muchísimo miedo.

Mi vida era entes y después de este episodio. Hay quienes no prestan atención a estas situaciones, pero he decidido poner mucha atención. No es que quiera complicarme todo, vamos, pero quiero conocerme. Duele poquito. Todo. Desde lo físico hasta lo demás que es hondo.

Pero estoy contenta de volver a empezar. Aunque, a veces, de repente, escucho mis sollozos como conejito bebé que tropieza al caminar.


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