martes

La continuidad de los parques sin perros muertos

Soy un ser noble y me aquejan varios pesares de la humanidad. Soy sensible a la muerte, a la naturaleza, al hambre y a la niñez. Me gustaría, más que tener mucho dinero, tener facilidades para ir por el mundo y ayudar a los demás. Sin embargo, lo único que hago al respecto es pedir la cooperación para el mantenimiento del parque de nuestra colonia. Recuerden que si no cuidamos los parques, aumenta la probabilidad de que un espacio se convierta en un lugar para el reencuentro de vagos, drogadictos, perros muertos, tiraderos a suelo abierto, gente con sombreros de frutas violando a los perros muertos.

Es todo lo que tengo que decir, ¿cuento con tus 50 pesos de la cooperación?

jueves

Conejito bebé tropezando al caminar

Estos días son los días diferentes. Escucho mis repentinos sollozos como un conejito ahogado; sollozos que salen mientras hago cualquier cosa. Es ridículo, pero comprensible. Actué controlada por el miedo. No voy a exponer el caso porque no tiene sentido, pero sí; veo por el retrovisor a la Araceli que desesperó, tomó las riendas (que parecían sierpes con espinas) y actuó con fortaleza, pero con muchísimo miedo.

Mi vida era entes y después de este episodio. Hay quienes no prestan atención a estas situaciones, pero he decidido poner mucha atención. No es que quiera complicarme todo, vamos, pero quiero conocerme. Duele poquito. Todo. Desde lo físico hasta lo demás que es hondo.

Pero estoy contenta de volver a empezar. Aunque, a veces, de repente, escucho mis sollozos como conejito bebé que tropieza al caminar.


lunes

Espiral de limón


Entramos a una cafetería poblana (el hombre y yo). En esa cafetería vi a una señora con un pastelito en forma espiral. Pregunté qué era y  dijo “prueba, hija, prueba, es delicioso”. El hombre en cuestión, me miró apenado de que aceptara probar el pastelito curioso. Sublime. Limón dulce. Decidí pedir uno y mientras el hombre probaba el pastel, la señora dijo en voz alta “Sabe como ella. Tu novia es muy bonita, tienes suerte”. Algo así que me sonrojé y me dio risa. Qué curioso que sepa cómo sé. El hombre sonrió.

A veces quisiera que esa señora se apareciera cuando estoy contigo. Que te diga que te quedes conmigo,  pero no siempre pasan cosas mágicas por acá.

Una canción al respecto:



jueves

Bestiario de galletas


Me gustan las galletas de animalito. Son baratas,  son  muchas, no tienen huevo ni leche. No están cubiertas de nada, no tienen chispas de chocolate ni relleno cremoso.  Puedes jugar a hacer un rompecabezas con ellas, llevártelas en una bolsita y comerlas donde sea y con quien sea. Puedes botanearlas y hacer una guerra de animales con tu hermana de cinco años. Inventarles formas; son un bestiario. Puedes decorar tu arbol navideño y puedes darlas (galletas) de regalo navideño.

Rinocerontes, vacas, leones, osos hormigueros ¡perros! Todos son mis amigos. Y yo siempre  me como a mis amigos.

domingo

P.D. Te amo, pero ya ni la chingas

A veces te extraño tanto que tengo ganas de tomar un camión (otra vez, como la primera vez y todas las veces) e ir a ti (otra vez, como siempre). A veces también no pienso en ti y/o evito hacerlo. Es solo que, esto del cansancio o del improvisado día gris que se asoma cuando uso el vestido color crema, esto de las madrugadas en el metro y de ese beso que no es tuyo y esas caricias donde cierro los ojos e imagino tu rostro dormido, pálido de sueños que nunca conocí, me ahueca las grietas del humo o por decirlo de otra forma, me hace decir tu nombre cuando nadie me ve y en voz minúscula.

Te desborras con todo lo que pasa,  todo lo que intento. El recuerdo también es mortal, los recuerdos tienen un ciclo de vida propio; algunos míos son niños y otros son fantasmas o cenizas. Tus recuerdos son fetos. No los veo, pero crecen dentro y algún día, en el mejor o peor, van a salir.

Llovía y hubo en el cielo pintura naranja que caía sobre los camiones en el metro San Lázaro. Iba a una fiesta y tuve ganas de encontrarte en tu casa, tus gatos, tus sin ganas, tus te quieros entre dientes, o con nada, con lo que sea, con lo peor, pero contigo. O quedarme nomás a llorarte en mi cama y no salir nunca, tan guapa, con estas zapatillas y este vestido negro que aprieta pero no mata.  Mis lágrimas imitaron una lluvia chiquita y hubo una inundación discreta donde nadie murió y nada se ahogó. Evité llorar en demasía,  por el maquillaje y porque a decir verdad, quería bailar y pasarla bien. Me olvidé de ti por completo. Bailé toda la noche y reí haciéndome el favor de ser feliz por tantito tiempo.

Voy a salir al mundo a estar bien, a enamorarme, a que se enamoren de mí, a bailar, a casarme, a tener hijos o lo que sea primero y para todo esto, ya no estarás aquí nunca.

No volveré a verte jamás y a pesar de esto, tengo la ternura reciente y viva de lo que fueron nuestros besos bajo la niebla.

Adiós.




sábado

Música para dejar de estar tan tristes

Cuando me pasan cosas tristes y estoy como en recuperación, escucho canciones bailables pero acá, pero discretas. Es para ir agarrando el buen ánimo, poco a poco.

Hice un misteip con rolas pospunqueras bailosas. Para que bailen tristes pero dignos. Algunas rolas son viejitas, otras recientes que parecen viejitas.

Iren:





  1. Aphrodisiac-Bow wow wow
  2. Babylon-The Villyes
  3. Baby's on fire- Absolute Body Control
  4. Clothes on the bed-Geneva Jacuzzi
  5. Fluid idols-Film Noir
  6. Los niños del parque-Liaisons Dangereuses
  7. New creature-Blue sound
  8. Nice-Kleenex
  9. No tears-Tuxedomoon
  10. Purple gorila-The Villyes
  11. Rainfall-Film Noir
  12. Weaving hands-Absolute Body Control
  13. Zombie shark-Geneva Jacuzzi
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Adiós

viernes

Una tarde en la vida


Recuerdo mucho irme de Puebla. Recuerdo irme de Puebla escuchando una canción. Porque nunca había visto un cielo así. Es decir, he visto muchos cielos, pero ninguno contigo, y ese mismo cielo que es el mismo siempre nunca me había visto sonreír de esa forma, hundir tanto los ojos frente a alguien. Saber que me iría. Porque ese sol atardecido en los árboles dispersos, varios, podía verlo desde la ventana del camión. “Deja que afuera se maten entre todos” mirando el azul óleo pastel pintado chueco por algún artista ciego y la gravedad de una lágrima mía, derribando toda la piel posible de mi rostro. “Deja que afuera se maten entre todos”, nosotros vamos a acariciar este incendio, pensé. Y no estabas a mi lado. Y yo estaba cada vez más lejos, repitiendo el recuerdo y todos los detalles para no olvidarlos nunca en la vida. En la vida.  Imaginaba la ciudad llegar mientras era yo la que arribaba. Imaginaba esa ciudad cansada y vieja siendo devorada por el sol, derritiendo su color naranja sobre los edificios negros, los edificios disfrazados de panteras. Pero tú bastante lejos, bastante allá. Aún así sonreí porque sabía que pronto, muy pronto, después de dos semanas tristes, llenas de presiones, cansancio, vísceras y coraje de ciudad, volvería a verte.

A veces clavo mis dedos en la cara con un gesto total de tristeza y desesperación. He querido que ese sol venga a llevarme de una vez para estar en todas partes. La luz siempre viaja y ese sol deslizando sus tentáculos brillantes, también lo he visto en Puebla.


Una Tarde en La Vida by La Barranca on Grooveshark

martes

Es esto

 

No hay duda en este cariño nuevo que te ofrezco, que te embarro de a poquito en la cabeza, en tu despertar a ojos entreabiertos, en el abrazo fuerte que doy sin pedir nada. Y es un cariño nuevo; no tiene que ver con alguien más, ni con soledades pasadas, miedos, ascos de ayer. Nace y se vuelve enredadera de nube  o de plumas níveas acariciando tu espalda, básicamente.


lunes

Finding-2010-27, Safety Program Requirements

  

El cabello mal teñido de rubio y pedazos vacíos asomando su cráneo moreno, una coleta de su cabello opaco. Falda corta exaltando las rodillas picudas, las piernas flacas. Se sienta a mi lado izquierdo. Mujer de 23-27 años, no más. Cruza las piernas afilando la piel de las rodillas. Lentes oscuros que resaltan cicatrices que van desde su frente hasta su labio. Metro ecatepec y yo de ñoña leyendo un pinche libro.

La veo, ve que la veo mientras pienso en su belleza discreta y profunda que nada tiene que ver con las mujeres bonitas de pechos rosados o de largas curvas. Es otra cosa, otra naturaleza del estado de México, otra cosa, les digo.

Estación siguiente sube él , iba a decir “ella” pero es “él” porque seguro tiene pene aunque esté vestido de mujer. Jeans blancos y entallados, blusa de lycra descubierta de los brazos, el cabello con mechas rubias en coleta, moreno, nariz ancha y corrector de ojeras que le hacen ojeras blancas. La ve de espaldas y algo le sabe. Se sienta frente a ella (ella que supongo se llama Guadalupe o Jenny o da igual). Pregunta la hora y ella dice que no tiene reloj, a dónde vas y ella contesta que a ver a su madre, ¿y tú? y él dice que a ver a su novio. ¿Por qué no traes celular? le pregunta ella y él dice que se lo destrozó su otro novio, porque le vio unos mensajes de otro wey y hasta duro le pegó, manita. Y dice manita como si ya se conocieran de años. Yo tomo el libro pero espío por encima del último borde.

Me parecen perfectos. Él parece feliz de encontrar a alguien que lo escucha, le mira las piernas, las cicatrices y ella no se incomoda. Su voz de ella parece segura, firme. Me parecen hermosos. Totalmente reales en ese vagón donde la gente borrosa leíamos, veíamos y teníamos caras lánguidas de mugrosos oficinistas.

Escribo esto desde la oficina y guardo el archivo bajo el nombre “Finding-2010-27, Safety Program Requirements” para que no exista agravio por usar el tiempo de trabajo para postear. Me acordé de ella y de él cuando te vi en metro insurgentes.




      

sábado

Tengo agua en la cabeza y los pies mojados oh!

Hoy fui a dos museos.
Hoy leí algo sobre el emperador Adriano. Era un libro para niños y decía algo chiquito sobre él.
Llovió en el centro y no me he bañado.
Me gritaron "bonita" y eso estuvo bien.
Me mojé toda. No llevaba paraguas
Sentí gotas pesadas en la gorrita de mi judi.
Escuché esas gotas pesadas casi dentro de mi cabeza.
Sonreí porque qué.
porque cuando
porque quién.

Sonreí porque me veo guapa cuando llueve

miércoles

Perritos y caracoles en un mismo cuerpo


Entiendo por la palabra "perro" la palabra "nube" y  otros sentires de alta nobleza sostienen mi corazón cuando pienso en los perros sin comida y enroscándose como caracoles marinos en las calles de la ciudad.

Me duelen mucho los perros heridos, los perros atropellados y los perros tristes. Los perros tristes. Y también los perros cansados.

Hoy al salir del trabajo encontré un perrito bebé jugando en la salida. Pregunté a los policías "¿Y quién es este?" y sólo sonrieron porque el perrito se quedó estático moviendo su cabecita de una forma tan curiosa como sólo ellos saben hacerlo. Me siguió y entonces todos me sonreían porque un perrito callejero bebé me estaba siguiendo. Supe de inmediato que guardaban la esperanza de que lo llevara a casa. Y no. 

Pero sí quiero. Ojalá dentro de dos semanas vuelva a encontrar a ese perrito y lo llevo a mi nueva casa. Le pondré un nombre discreto y amable. Lo llevaré a pasear cuando salga del trabajo y tal vez vayamos a la playa juntos. Pensé en "Rigoberto" como un nombre bonito y si es perrita, he pensado en "Aurora". O algo así. No sé. 


domingo

Jamás besada bajo la lluvia

 
 
Ya nos estamos besando en un día nublado. Me aprietas cabronamente con tus manotas y todo tú. Empieza a llover, nos mojamos besándonos. Humedad donde quiera. Me dices "¡Corre!" y entonces corrí mojándome y ríendo como nunca.  
Subí al camión con el vestido pegado al cuerpo por la humedad. Subí al camión sonríendo con el cabello mojado. Y entonces creí ver que todos sabían qué había pasado que jamás me habían visto tan puerilmente feliz. Como nunca jamás en ningún otro primer beso.




   

jueves

Quitan el trapo y sí lo ponen

Poner el trapo nunca fue misterio hasta que Lupe tomó uno de sus trapos habituales para limpiar el material de laboratorio y se quemó el dedo porque el trapo, SU trapo, había sido impregnado de un ácido desconocido que de inmediato empezó a hacer efectos en su dedo hasta llegar a su brazo.

Lupe se espantó, más que por el dolor, por las preguntas que le hacían. La llevaron al servicio médico y la atendieron como es debido. Igual pensó que perdería el dedo o algo así.

Cuando Lupe estuvo bien, regresó al laboratorio y entonces inició la investigación de quién había dejado el trapo. ¿Quién puso el trapo? ¿Quién lo llenó de ácido?
Ah, pues ¡la becaria! ¿no? porque ella siempre toma material (nunca sin pedir permiso y siempre aclarando la cantidad del mismo y además siempre lava sus frascos antes de entregarlos al laboratorio).

La que sugirió que quizá pude ser yo fue Ana. Nadie quiere a Ana y ella no quiere a nadie. Pero de todo esto me enteré cuando ese mismo día, en la tarde subí a dejar material. –Sube a aclarar las sustancias que usas en tus pruebas, porque ocurrió un accidente y como usas peróxido, quizá se malentienda. Eso me dijo Nancy. Y eso hice.

Pus todos saben que no fui yo. Y mi jefa lo sabe, y los ingenieros, lo saben, lo saben. Y además, las chicas de laboratorio también piensan que fue Ana. Y no se lleva bien con Lupe. Y como aquí está su pendejota becaria a la que pueden culpar porque es nueva y no sabe lo que hace ¡tómala!

Pus ni meeergotas. Yo no me dejo y sé hablar y defenderme de una quimico analista que no sabe ni escribir los reportes que me hace por un pinche frasco mamón.




Minibiografía de Ana:


Lleva peleando años por el puesto de Jorge pero ella no sabe inglés, ni tiene la capacidad de ser Jefa de Laboratorio. Es amiga de la jefa de Calidad y de mi jefe.
El día del accidente, Ana había ajustado el pH de una sustancia con ácido sulfúrico. Lo dijeron las otras muchachas, pero nunca se confirmó.



Conclusión: Sólo nos queda comernos el pan para el susto.

domingo

Te escribí algo chiquito,we



Tus sombrillas siempre serán medusas mecánicas que ríen bajo la lluvia. Un destello aquí, una risa allá; luces neón alborotando los colores de los charcos negros. 
¿Te imaginas el vuelo de la luz viajando entre el viento de un día gris? 
 Nos recuerdo sosteniendo esas medusas con las manos frías y me da risa. Y ternura. Y eso está bien.

GATITO RADIOACTIVO ASESINA A INTEGRANTES DEL DEPARTAMENTO DE SEGURIDAD E HIGIENE INDUSTRIAL!!!!!

Me puse las botas industriales, el casco, los lentes y la bata,  mi jefa me llevaba a dar un recorrido a la planta. Pasamos por los reactores, los contenedores de residuos, me presentaron a los señores técnicos de electricidad y a los ingenieros. Seguimos caminando y mi jefa escuchó el miau de un gatito. Yo pensaba que era un pájaro o algo. Y pues ahí estaba atrapado en el registro. Se agachó mi jefa, no vio nada, me agaché y vi al gatito negro asustado. Inmediatamente tomó su gualquitoqui y le habló a no recuerdo quién. Norecuerdoquién llegó rápido y mi jefa ordenó que sacara al gatito. Dos hombres para sacar a un gatito de un registro, un técnico y un ingeniero. 

Lo llevamos a la oficina, lo pusimos en una caja y le dimos leche. Todo el departamento asombraDo por el gatito negro con ojos azules. El Ingeniero J., de cincuentaitantos se acerca y agarra tiernamente al gatito. Lo mete al bolsillo de su bata y este se queda dormido. Miau. 

El Ingeniero J. es el señor más amable que he visto en mi vida.  Vive solo y le gustan los gatitos. Tiene una voz suave. Me dice "hija". Me cae bien.

Y eso es lo que pasó en mi primer día de trabajo.

martes

Aquí va un tuit de La Ciervo de no darlas a la primera metáfora.

Me leíste a Cortázar por web cam. No importa. Ahí me maravillé poquito. Estábamos tú y yo y ese cuento de la pena. Me dio pena preguntarte cómo se llamaba. No sé. Yo ni leo mucho. Pero aquí estoy comprando “Último Round” y lo abrí en el metro. Inmediatamente vi el índice y busqué “Tu más profunda piel” y aunque no sabía el título, supe que ese era por eso de la piel, por eso de la piel. 

Hace rato en el metro aprendí a no llorar. No importa. De cualquier manera léeselo a quien quieras, en cualquier web cam, ya no me importas… pero.

Pero:


Dijiste "Me da pena, sabes", y volcada de espaldas me miraste con ojos y senos, con labios que trazaban una flor de lentos pétalos. Tuve que doblarte los brazos, murmurar un último deseo con el correr de las manos por las más dulces colinas, sintiendo como poco a poco cedías y te echabas de lado hasta rendir el sedoso muro de tu espalda donde un menudo omóplato tenía algo de ala de ángel mancillado. Te daba pena, y de esa pena iba a nacer el perfume que ahora me devuelve a tu vergüenza antes de que otro acorde, el último, nos alzara en una misma estremecida réplica. Sé que cerré los ojos, que lamí la sal de tu piel, que descendí volcándote hasta sentir tus riñones como el estrechamiento de la jarra donde se apoyan las manos con el ritmo de la ofrenda; en algún momento llegué a perderme en el pasaje hurtado y prieto que se llegaba al goce de mis labios mientras desde tan allá, desde tu país de arriba y lejos, murmuraba tu pena una última defensa abandonada.”




Pinche poetuitero.

domingo

Cholos grafiteros que quieren morderte, Mariana.

   

Lo que sucedía antes, en la carretera México-Puebla, sucedía en un pedazo de muro de concreto. Sucedía en unas palabras. Cuando lo leía me maravillaba, pensaba lo bonito de que Mariana pasara por ahí y viera siempre el sano aviso. Todo esto sin nunca saber quién era Mariana ni quién lo había escrito. A veces pensaba que yo era Mariana. A veces no. 

No tengo una foto, pero en ese pedazo de muro, exactamente eran estas palabras:

Mariana, morderte quiero.

Nadie supo si Mariana se enteró. Pero los que veíamos a través del camión, sí.


   

sábado

Ñañañañañaña

Me aburro en mis clases presenta: Me aburro en mis clases. A veces. Y hago esto.



Miren, me regaló @Dr_absurdo este cosito bonito y pienso plotearlo en lona y en papel y usarlo en el blog y... ¡graciasmaniwieselmejordíadereyesdemivida! Te quiero mucho mi maniwis.





<3

domingo

FB = Fuck Buddies

Mira, Facebook, de todos modos yo no podía poner mis fotos favoritas o representativas porque a otras personas les pudo molestar tal revelación de que estuve con ellas. ¿Entiendes? Digamos que eso qué pero yo no te quiero. Y ni siquiera tengo fotos de mis mejores pedas ni de mis mejores momentos así es que sólo te ponía levedades que a nadie le importaban.

Mira, Facebook, que me hacías enterarme de cosas que no debía enterarme, me dejabas metichear por la vida de gente a la que ni le importo si meticheo en su vida y saber de los exes de las personas que me gustaban y me harté de eso.

Además, no tengo fotos protagónicas mías que quisiera mostrar; la foto donde salía en una  alberca verde la perdí (esa de cuando fui a una fiesta nudista y terminé muy asustada porque todos empezaron a cogerse entre todos y me fui a refugiar al temazcal para salir sexualmente ilesa), y la foto donde salgo abrazada con alguien a quien quise mucho (que no me atreví a subir para que nadie se riera de mi pendejez) y la foto que tengo con mis abuelitos (que es muy mía y no me interesa que alguien más la vea). 

Con esas fotos pueden conocerme y son las fotos que nunca subiré. 

Así es que FB, estamos en paz. 

sábado

Desquerencia de la bonita

Yo era azotada y me enamoraba bien fácil. Era bonito. Lo disfruté mucho. Ahora ya no. Fin.


He salido con gente pero más bien he invitado a mucha gente a salir y no me estoy refiriendo al dinero, weys; me refiero a la iniciativa y a la palabra. Pero qué creen: ¡ya no quiero!


Jijiji. Es bien bonito no querer, es decir, tener la iniciativa para hacer nada. Ay no saben qué chido se siente que todo te valga verga, lo que en otras épocas te hubiera puesto a escribir seudopoemas azotados y llenos de miseria ahora sólo te motiva a bostezar.


En el 2010 me la pasé con amoríos pendejos, efímeros y a cada rato llegaba alguien que creía yo iba a rifar y resultaba que no, y  no era su problema ni mío; la gente no tiene la culpa de no querer estar contigo. Lo que sentimos es muuuuy nuestro pedo y así lo entendí después de tanto chingadazo.


Lloré mucho y me sentí ridícula por todas esas veces que lloré. Y esa es la más idiota de todas mis tristezas: sentirme triste por dar. La cagué conmigo.


Pero ahhh-qué-flojera. Ahora pus sí hay personas que me gustan y que estaría bien padre salir y esas cosas pero ya no pienso hacer nada al respecto. Me siento bien con esa decisión. Esas personas tampoco quieren lo suficiente y también está bien.


No estoy diciendo que no quiera enamorarme porque en eso uno ni decide. Me refiero a mi discreto valemadrismo total.


Es la etapa más bonita. Yo estoy principalmente para mí y salir conmigo siempre. Por más foreveralón que suene, pus me la paso bieeen hermoso conmigo y no tengo miedo de estar sola. Coger no está mal pero es meterse en pedos. Y yo estoy feliz así: pensando en el mar y abrazándome cuando más lo necesito.

martes

Hogar



Cuando seas casa vamos a besarnos detrás de tus ventanas
Cuando seas casa voy a dejar gatos rosas en tus balcones
Dejar tus luces encendidas
Y apagarlas en un justo momento
Donde el viento pase por tus cortinas rojas




En tus balcones dejar plantas
Y darles agua con la boca
Y tus plantas crecerán dentro de los muros
Que serán más de cuatro
En un solo cuarto
De flores brotantes, 
De tu amor triste ciclamen o lluvia
Serás cama tibia
Y ahí la noche


   

jueves

Cuando digo que te amo me refiero a que te comas el pan, ¡el pan! ¡el trapo, el trapo, el trapo! Hasta tú comes pan, fíjate

Todos absolutamente todos tienen una cara que involucra una mirada no perdida, más bien como buscando, como un rostro que, sin dejar rastro, rápido anda cruzando la ciudad, escalando edificios, rostros que suben puentes, que bajan escaleras mirando los pies.


Toda esa aglomeración de caras tienen como una mirada que siempre anda preguntando lo mismo, puede que estén comprando chicles dosporcinco del metro o subiendo el escaletrix interminable ¿notarán a toda esta gente con la misma pregunta en los ojos? ¿notan los tres segundos cada cinco minutos en donde se les vuelcan las córneas y el pecho se les desinfla para después reaccionar y volver a apretar el paso y olvidarse de los tresegundos, y así no sentirse miserables y solos?


Verlo todo desde ese escaletrix, a los novios besarse, las bicicletas, las bancas verdes, los viene viene, el manto gris de una ciudad inevitable. O los colores vivos de los edificios todavía viejos, las casas del centro, la música del tianguis, los tacos de canasta, los taqueros de los tacos de canasta, los clientes de la taquería de tacos de canasta; todos preguntándose.


Las canciones post punk, las cabezas que escuchan a los Coctotuins, cumbias villeras, los que están ahorita bailando danzón en la ciudadela, las meseras, los que esperan en un seven eleven.
El cigarro que prendido suena a un breve fuego apenas visto entre tanto ruido codeándose en las avenidas, los dedos que detienen el cigarro preguntándose también.


Y así uno describe todo lo que se nos ocurre que pudiera estar pensando lo mismo que más bien son todos, un vaivén de carne interminable, todos bajando en elevadores y otra vez todos con trajes y corbatas con bermudas con tenis rotos, todos con la incógnita que tampoco es necesario nunca contestar .


En el baño, en mi clase de reactores, besándose, moviéndose de costado a paso de paso a gesto de gesto a mudra para preguntárselo por los pies por los ojos por la boca por la lengua, el aroma que cuestiona, tus calmantes, tus formas de estar bien, todo que termina en la pinche misma pregunta:


¿Dónde estás?


No se preocupen, tampoco sé exactamente a qué me refiero. Lo que puede ser una entrada cursi si lo planteamos desde esta esquina, bajo el farol, con un frío cabrón que me arrebató la primavera sin pedir permiso. Pero qué pedo, ¿dónde estás?

domingo

No somos los grandes artistas pero aí con lo que gusten cooperar

Arantxa, Arantxiuxiu o Bonita. Pues que a veces sólo se me ocurre estar con ella y jugar y bailar y pintar o hacer muñequitos de plastilina. Iren nuestra recién obra de Sartre:


Fuimos a la papelería y compramos pinceles de un peso ¡un peso! 



Nosotras usamos acuarelas de las bonitas y awwww, el trapito de flores es muy bonito


¡Y Arantxiuxísima pinta así!











Los toques finales


¡Parampaspaspaspas!


Aquí pensábamos si venderlo en un par de duvalines o algo


Aquí la artista contempla... ¡la perilla de la puerta!




Hace retrospección viendo el suelo (nótese la pared blanca rayada por ella)




Título del cuadro: Duvalines si no, no.


 Técnica: acuarela con pinceles baratos sobre cartulina de un peso 


Precio: Dos duvalines, dos mazapanes o un helado de limón, según lo acordado.

viernes

Brianda dando brincos pequeños para saludar a los perritos blancos

Te imagino todos esos gestos: con pasos ligeros y pequeños husmeando a los perritos obesos con trajes y vestidos y sombreritos ridículos. Te imagino con la nariz tuya de ti; bonita oliendo flores en pastos o no sé. Te imagino saludando a los perros y a los gatos, y sonriendo por las calles de donde vivas.


 Y te ves bonita en mis adentros. La sonrisa de cuando la señora te dijo “la perrita se llama Pelusa” y te fijaste y no estaba dormida; estaba mordiendo el sillón.


Y por puro gusto te imagino flotar sobre el pasto. También subiéndote a un montón de piedritas para asomarte al otro lado de una casa azul o verde o tampoco sé. ¿Te has visto cuando pones tus pies de puntitas sólo para alcanzar un estante u otro paisaje?

Por meras ganas te imagino conmigo, abrazadotas y besándonos hasta el vaho con esa foto tuya que tienes en la playa y el pelo mojado y los ojos cerrados.

Te pienso cargando a Pelusa y abrazando con ternura a esa perrita con vestido. Te pienso cantándoles a los perros cualquier canción y yo diciéndote “Brianda, todos los sueños son tu voz”.

sábado

Ñañañañañ

Nomás vine a decir que esta película está bien creepy y espero que las personas que me cagan sueñen con ella o les de diarrea o los viole una monja satánica. Permisito.



Satánico Pandemonium: La sexorcista

 

Miren como la bruja seduce a MArcelino Pan y Vino y se vino:


Salva tu alma mujer cochina de dios:



Monja discriminator:





Todo culmina en una hermosa fiesta de bodas con birria y barbacoa:





La moraleja de esta película es: qué bonibuena estaba Cecilia Pezet.




FIN

Pudo ser danzón o tragicumbia

Desde el tango yo no puedo caminar de la misma forma; apoyo el metatarso y giro poquito mientras espero el metro o el camión. Aprovecho para bajar las escaleras al ritmo cardíaco de la guitarra, hago ochos cuando nadie me ve y mientras estoy en laboratorio espero en la centrífuga cambiando el peso de mis pies.


Empecé a bailar tango cuando descubrí que jamás podría ser bandoneonista ni cantante. Tenía que acercarme de alguna forma y una tarde mientras vi a unos doctores del cinvestav bailando en una tertulia, descubrí que no era mala idea.


El tango me llegó por el oído. Gardel, Trolio, Piazzolla, Malevaje, La Chicana... Nunca entendí por qué las mujeres suspiraban al ver a las personas bailar y decían “ahhhh, qué romántico”, porque desde este lado, desde el lado donde se escucha más de lo que se ve, desde el gime bandoneón tu tango gris, desde el oído el tango no es más romántico que trágico que violento que miserable que sucio y desalmado.


¡Gira, fuerza, pivotea, gancho! Lo que tuve que aprender lo aprendí ayer que me tomó fuerte y escuché tan cerca sus latidos como dictándome el paso, la piel suave de la mejilla blanca apoyada en la mía y la mano firme en la espalda de esta bestia. Cierra los ojos me pide y yo medio mensa medio lenta medio nerviosa los cierro. Déjate llevar, dice y  los pasos nerviosos míos como pensando que me he dejado llevar tantas veces que nada me resulta. Me dejo llevar y escucho el bandoneón girarnos.


Toda la clase está viendo. Supongo que piensan que por fin alguien puede llevarme sin que yo pisotee o haga un mal movimiento. No veas el piso. Déjate. Inclina su cabeza contra la mía y sonríe. Me dejo. No me deja. Ojalá esto se prolongue a más de siempre y de nunca y de todo.


Ella se llama Ella. Es mi profesora ocasional de tango (cuando falta el profesor original) y es con quien quisiera bailar toda la vida.


Pero recuerden que algún día querrá saber de mí, le enseñaré mi blog y ustedes niuna palabra de lo que aquí han leído.


Esta es la canción pudo ser la que bailamos, no recuerdo, algo así pudo ser :



¡Tragicumbia!

jueves

¿?


 
¿No les pasa que amanecen con tanta tibieza imposible de contener? 
 
¿Y que van en metro la raza bajo el túnel de la ciencia caminando lento y pensando “qué tibieza esta que me contiene”? 
 
¿No sonríen cuando piensan en todo ese calor que hace el caminar lento y la mirada pasible? ¿y si los tocan se hacen vidrio?
 
¿y bajan la mirada y ven sus pies y escuchan el eco interno de los sonidos varios de un metro vivo con gente viva y voces diversas muy dentro de uno? 
 
¿no les pasa que mejor se abrazan conteniendo toda esta diversidad calorífica mental y quisieran estar de un momento a otro en todas esas fotos del metro la raza donde muestran esas flores y sus bonitos nombres como bromelias, orquídeas, pochotes, huizaches y ceibas?
  
¿no han sonreído cuando miran a la araña lobo y sus ocho ojos delicados y bravíos? 
  
¿Han recordado a ese hombre que los tomó de la cintura en el instante de las constelaciones en el metro y se las nombró al oído y que justo en el soplo vieron las luces neones y hasta le encontraron color a la respiración?
  
¿amaron a ese hombre en ese episodio sabiendo que saliendo del metro lo olvidarían?
 
  ¿Sí les ha pasado?
 
A mí tampoco, pues.
 

martes

Tristura con salsa valentina

¿No les molesta estar tristes? Es terrible estar asignándose tareas estúpidas para dejar de estar triste, por ejemplo: Para que no chilles, lava los trastes, lava tu ropa, corre una hora, sal a la calle, ve esta película mamona, sal con personas, esconde las navajas.

Odio sentirme en rehabilitación de una tristeza a la que no le encuentro utilidad. Pienso en mí y sólo me imagino con una bata blanca saliendo del quirófano, esa imagen tengo mía y me molesta.

Ya no quiero estar así, por eso, voy a lavar los trastes, lavar ropa, correr una hora, salir a la calle, ver esas películas buenísimas y graciosas, salir con gente y esconder las navajas.


Permiso.


domingo

Sabes a qué me refiero

  


A veces poner las rodillas juntas, pegarlas a la pared
Detener todo y escribirlo
O recordar las uvas en el vientre y al amante que las comía
Como devorando la fruta de fuego que es el sexo
Una uva en el ombligo y después sentir la respiración
Y cómo ésta guía el viento hacia el clima fértil del estómago;
Sentir.

Me refiero a todo
Me refiero a estar desnuda en cuartos desconocidos,
Viendo fotos desconocidas de gente que no sé
Me refiero también a tomar vino o jugo de arándano
O Boing de mango de la boca de otro, o de otra
Me refiero a los eventos: los amantes son eventos,
Las personas son eventos, yo soy un clima.

Escucharte,
Besarte las costillas para llegar al epicentro de tu verga;
Tu corazón genital
O irte construyendo el cuerpo de a veces mujer o a veces hombre,
Poner labios vaginales rosáceos y grises y entonces ahí insertar un hogar;
Una casa construida a orillas del río,
Cubierto de musgo febril y danzante.
 
Lamer.

Hablo de estas manos, que también son piel, que también son vientre
Hablo de la primera penetración que también es mirada
Hablo de pedir que me detengas en el justo instante de regresar
De regresar para crear un idioma
Que sea al mismo tiempo la onomatopeya
Del mar;
Las nalgas

Hablo de dejar de escribirlo todo
Para subirme a tus ojos
A las formas de las sombras huecas que haces
Cuando abres la boca
Y la pones en este centro
Que es ruina
Que grita


________________________

Ash, no me miren así, yo no pedí nacer cursi y cachonda. Puta y cursi.

lunes

De pantitlán en adelante

Línea amarilla del metro


Mi vida la mayoría de veces es inmóvil y aburrida; camino mucho, ando mucho en el metro, he visto demasiado por todas las ventanillas de todos los camiones que he tomado de mi casa al metro y al revés.

Siempre escucho a los locos, por ejercicio, por curiosidad, por ganas de saberles todo. Cuando se suben al metro y regalan cátedras inservibles de vida que a nadie importan, yo los escucho, a veces los miro pero otras veces no, eso depende del loco.



Una vez un señor como de setenta años iba hablando en voz alta algo muy triste acerca de sus tierras perdidas y terrenos que el gobierno le había quitado, hablaba como regañándonos a todos, como culpándonos un poco y también teniéndonos pena “a ustedes todo les vale madres” decía y yo apagué el aipod y lo veía con interés, con curiosidad de nieta sin abuelo queriendo encontrar un abuelo en ese señor. Lo malo es que se dio cuenta de que lo estaba observando y me gritó muy enojado “a usted aunque esté bonita no le voy a dar un terreno”, me dio pena, risa, tristeza, todo, sólo dije “ayyy” como niña triste, un muchacho se rió de mí y ya mejor le subí el volumen al aipod.



Quien sabe, la otra vez otro viejito se subió en pantitlán en la línea amarilla y empezó a hablarnos del alma “el alma es la sangre del cuerpo, sin alma no hay espíritu” y con toda la seriedad del mundo cantó un pedazo de la rola de Agustín Lara “amor de mis amores” y nos dijo que esa canción realmente nos hablaba del espíritu. Yo iba leyendo un libro y en el justo instante de la rola, nos quedamos viendo un muchacho y yo con la incomprensión de dos simples usuarios que aprietan la panza para no cagarse de la risa. Nos cagamos de la risa, inevitable el asunto…


Poniendo la mano sobre el corazón

Quisiera decirte al compás de un son

Que tú eres mi vida

Que no quiero a nadie

Que respiro el aire, que respiro el aire que respiras tú



Después recordé que ese morro estudia en el CINVESTAV, pero bueno, lean:



Amor de mis amores

Sangre de mi alma

Regálame las flores de la esperanza



el caso es el viejito nos platicaba del alma y que cada vez que pronunciaba “alma” abría la mucho boca, gesticulando toditas las letras de la palabra  y moviendo impetuosamente la lengua al mismo tiempo que abría más los ojos. Después nos explicaba esa parte de la rola, y nos decía que realmente la sangre era el alma. Creo que ya lo repetí. Cosa chistosa.


El viejito se veía feliz de platicarnos de la sangre y del corazón. Al final no supe si estaba pidiendo dinero, al final quise darle dos pesos pero me sentí rara, pensé que tal le doy varo y me manda al pito diciéndome que no mestaba pidiendo ni madres, que sólo busca que yo encuentre mi alma. Vergas. Uno nunca sabe. Pero le hubiera dado, qué tal y no tenía para comer.


A los que sí les doy dinero es a los chavos que suben con timbales o con música bonita. Un día se subieron unos tipos tocando cumbias colombianas ¡el acordeonazo, mai! Wow, yo andaba escuchando a Xiu Xiu o una mariconería así y mejor me quité los audífonos y no pude evitar sonreír al escuchar el buen bajo que le ponían a la cumbia bom-bom-bom y pos yo así sin más, valiéndome pito la gente, empiezo a mover los hombros y los pies. Una cosa bonita, es decir, después de escuchar a tanta chaviza con ínfulas de rockstars cantando los mismos greites jits de los bicles, pues escuchar un buen acordeón , ay, es que a mí sí me pone.

Les dí cinco pesos. ¿Quiobo?



Hay una señora que se sube en la misma línea, ahí por metro misterios. Trae un bebé en una carriola , una guitarra en la espalda y canta canciones como “la gente rumora que alguien en el pueblo está estrenando amante”. Chale. Pura rola triste. Yo no quisiera que la gente me rumorara de tus amantes, wey. Sufro. Canta chido, le doy también cinco pesos. Así sí.



En el camión que tomo, a veces se sube un morro sombrerudo. Tendrá como28 años el wey, se sube con su novia o su hermana, no sé, pero ambos tienen una voz verguda, o sea chingona. Lo más padre es que bueno, siempre cantan rolas tristes y siempre se suben cuando yo ando madreadona de la víscera roja relativa absoluta agitada. La otra vez tocaron una norteña bien cabrona, no recuerdo qué decía pero se ajustaba tanto a mi sentir que me puse a chillar. ¿Qué, tengo que darte dinero por hacerme chillar? Pues sí, lo confieso: le pagué cinco pesos a un hombre por hacerme llorar. Eso no fue un buen negocio.



Les dejo la rolita de Lara:


 


FIN

domingo

Te quiero

 

Nos lamíamos las bocas como gatos bajo tu auto, bajo faroles, corriendo en la lluvia y entonces pensaba "me quiere" y sonreía cabizbaja. El mismo día nos quedamos dormidos en la sala de cine, los momentos que rascabas mis picaduras de mosquitos en las piernas y los otros en los que acariciaba tu cabello como pasando los dedos por tus ideas. En ese instante yo quería ser tu idea, la subrayada, la releída, la concisa, la justa.


No estuvimos mucho tiempo juntos quizá no más de cien metros. Al ciento uno las cosas cambiaron. Desde el ciento dos he caminado sola  y todo va bien hasta que pienso en lo poquito que me hace falta decirte y que me  tengo que decir para adentro y nomás se hace musgo pegadito a los huesos y crece y crece –por efecto de humedad interna-. 

Voy a escribirlo porque tampoco quiero olvidar, si lo olvidas tú, como dicen en mi rancho es muy tu pedo y yo en verdad, yo ya no quiero sufrirte. Yo quiero que seas feliz,  que  tengas siempre  la mirada como de alguien que está viendo la luna  y te deseo la sonrisa de algún citadino que después de tanta contaminación por fin pueda ver las estrellas.


Quiero que tengas una ventana  abierta y un hogar tibio, un árbol con nombre y un gato eterno.  Eso te deseo,  sin dramas y en calma,  abrazando una ternura implacable, una ternura fiera que sabe lo que bien ha perdido pero que tiene todo el derecho de extrañar. 

La única tristeza es decir te quiero y pienses que te estoy pidiendo de comer o que te quedes mil veces más. Entonces, todo, todo lo guardo. Mejor. Que así sea.  Lo escupo aquí y así ni te molesto. Mi boca una tumba.




Yo te digo así desde este fondo:
 




Ojalá nunca nunca tengas frío. ¿Yo? Yo puedo abrazarme fuerte.

 


FIN